
Ahora que termina otro año de "nueva normalidad", hacemos un balance, como industria, de los desafíos presentados, pero también superados.
La amplia disponibilidad de vacunas contra el COVID-19, kits de pruebas y tratamientos antivirales ha disminuido la presión sobre el sistema de atención de la salud y nuestros trabajadores de la salud de primera línea.
La continua expansión de la telemedicina y los beneficios de la atención en el hogar han permitido a los pacientes acceder a la atención más rápidamente y sin tener que salir de casa.
Las inversiones en programas de mejora de la calidad y la inclusión de farmacéuticos, trabajadores sociales, coordinadores de atención y otros profesionales de la salud como parte del equipo de cuidado han afianzado las consultas de atención primaria y les han permitido enfocarse, no sólo en la salud física de los pacientes, sino también en su salud emocional, mental y financiera: una atención integral
Y aunque no podemos predecir si se producirá otra crisis de salud pública ni cuándo, sabemos que, si siguen siendo astutos e innovadores, tanto los pagadores como los proveedores pueden apoyarse en las capacidades de las organizaciones de prestación de la atención basada en el valor para afianzar la atención primaria y ofrecerles una atención integral y de calidad a los afiliados y a los pacientes.
Hemos visto estos éxitos de primera mano en las prácticas de atención basadas en el valor de todo el país.
Con miras al futuro, prevemos un crecimiento constante de la afiliación a la atención basada en el valor, y debemos continuar realizando nuevas inversiones en capacidades y tecnología que refuercen la atención primaria y aborden todos los aspectos de la salud de una persona.
Al menos 2 áreas deberían seguir enfocadas para lograrlo.
La primera aborda la falta de un ajuste de riesgo social significativo en los pacientes que pueda exacerbar las inequedades. Al adoptar métodos que tengan en cuenta todos los factores, incluidos los factores de riesgos sociales, que influyen en el riesgo de un paciente, podríamos ayudar a crear un sistema de pago de la atención de la salud más equitativo para atender mejor a todos los pacientes.
La segunda es la continuación de los esfuerzos de interoperabilidad junto con la actualización de las regulaciones vigentes en materia de privacidad. Para que los proveedores de cuidado de la salud puedan utilizar los datos sobre los determinantes sociales de la salud, es necesario estandarizar los formatos de los datos en todas las plataformas y sistemas.
Esto es especialmente importante para los proveedores de atención basada en el valor, ya que les permitirá coordinar la atención a los pacientes y acceder a otros apoyos sociales. Los sistemas basados en el valor pueden afianzarse mediante la adopción de revisiones legislativas que permitan compartir parte de la información médica personal con agencias de servicios sociales, organizaciones comunitarias y terceros similares que presten servicios relacionados con la salud para la coordinación de la atención y la administración de casos.
De vuelta en la sede central de Humana, el barco de madera sigue en pie, como recordatorio de que ninguna persona o equipo puede lograr por sí solo los cambios sostenibles necesarios para mejorar la salud de una población.
La atención basada en el valor no es una moda, sino el futuro de nuestro sistema de atención de la salud. El ecosistema de la atención basada en el valor depende de una atención primaria sólida y una lista de participantes, cada uno de los cuales desempeña un papel específico e igualmente esencial en la atención integral de afiliados y pacientes.
Como la tripulación que encauza el rumbo del barco surcando el mar sin problemas.